Ahora mi mente es un laberinto, en el que yo intento salir de este mar de dudas. Sé donde está la salida, pero aún no quiero llegar a ella. Ese mar de dudas se me representa en sueños, y más fuerte aún, que me aparezca un estúpido casino en el que debo probar suerte, porque esa es la salida. No puedo entender el porqué apareces en mi sueño, en una esquina de la mesa, al fondo, sin levantar cabeza, sin un gesto, sin una simple mirada, y yo todo al contrario, sin poder apartar la vista, esperando que me mires, una respuesta, una mirada. En fin, el destino lo ha querido así.
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