Según varios estudios, la siesta que nos echamos es buena para nosotros. No estoy de acuerdo con ese estudio, por varias razones: la primera, me levanto con mala leche, con ganas de matar a toda persona que se me ponga por delante; siento las pulsaciones de mi corazón y no me deja centrarme; los ojos no me reaccionan; no tengo saliva; la boca empalagosa; pero lo que mas me cabrea, es el típico sueño que tengo cada vez que me echo la siesta, ese caracol y de fondo un telón de miedo y oscuridad precipitándose ante mi.
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