Jaja. Jaja. Jaja. En serio, me hace gracia. Es, como decirlo, algo que se me remueve en el estómago con ganas de salir. Nace de unas palabras. Coge vida y fuerza y se mueve a mis brazos con la idea de romperte la cara a ostias. Sin embargo, llega mi paciencia y mi esperanza, diciéndome que me relaje, abre los puños. Deja de tenerlos cerrados y ya pasará lo que tenga que pasar. Como dicen por ahí, no me pone el plato en la mesa. ¿Qué más te dará?...Qué más me dará. Los humos se relajan. Pasan y se apagan. Ahora bien, el vaso se llena, y todo tiene su límite. Mi ira saldrá, tarde o temprano, pero saldrá.
Marinero somos, y en la mar nos encontramos.
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